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SpaceX con sus cohetes reutilizables ha acaparado toda la atención mediática a la hora de lanzar satélites en órbita. Sin embargo, no son los únicos, ni tampoco su método es el único para hacer esta tarea. Aevum propone algo distinto: utilizar aviones completamente autónomos y capaces de llegar a la órbita terrestre para depositar un satélite. Ravn X es su primer modelo, y tiene una pinta espectacular.
En las últimas horas la compañía ha anunciado el Aevum Ravn X, su primer drone autónomo capaz de volar a la órbita baja de la tierra transportando un satélite u otros ítems.
180 minutos
El Aevum Ravn X es un avión no tripulado de unos 25 metros de largo y 18 de ancho. Esto le da un peso aproximado de 25.000 kilogramos. No es eléctrico ni nada por el estilo, funciona con combustible de propulsión como cualquier jet actual. La diferencia principal es el hecho de que no tenga piloto alguno en su interior, funciona de forma autónoma y controlado desde tierra si es necesario. Una diferencia clave respecto a Virgin Galactic por ejemplo, que también usa aviones para poner satélites en órbita, pero tripulados.
Por su tamaño y características el Aevum Ravn X puede despegar y aterrizar desde prácticamente la mayoría de aeropuertos del mundo. Sólo requiere una pista de despegue/aterrizaje de kilómetro y medio de longitud. Esto, y el hecho de que use combustible de propulsión tradicional, hace que su viabilidad aumente de forma considerable. Estamos hablando de poder lanzar satélites desde cualquier parte del mundo sin necesidad de una plataforma de lanzamiento previamente construida.
Plataformas que aún son más promesa que realidad.
Gracias a su viabilidad y el hecho de que no sea un cohete, Aevum presume de reducir los tiempos de lanzamiento de forma drástica. Mientras que antes se requerían meses o incluso años de antelación para un lanzamiento, ellos prometen hacerlo en minutos. 180 minutos concretamente es lo que dicen que necesitan para entregas orbitales.
Un aspecto importante para poder prometer tiempos tan bajos es las ventajas de un avión de propulsión respecto a un cohete. Por su forma no se ve afectado tanto por las condiciones climáticas como ocurre con un cohete. A menudo hemos visto lanzamientos espaciales aplazados debido a cambios meteorológicos. Aevum dice que ellos pueden operar el 96% de las veces a lo largo de un año y con retrasos mínimos.
Aevum está explorando un método sin duda interesante para la puesta en órbita de satélites e instrumentación.

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